“Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos”. Salmos 80:18-19
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 8 de julio
Salmos Capítulos 78-80
Estos capítulos nos hablan de: Preocupación de Dios por Israel, su juicio contra la desobediencia, una Oración por la destrucción de los enemigos paganos, una Oración por Misericordia y Restauración.
Meditamos hoy en Salmo 78:5-7 “Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo. Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres. Que la notificasen a sus hijos; 6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos”.
La Responsabilidad de enseñar la PALABRA DE DIOS a los niños, descansa sobre los Padres y es un mandato de Dios: “5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:5-7)
Sin embargo, este es un punto muy débil en muchas familias, aún Cristianas. El medio ambiente de cada país con su respectiva religión han usurpado a la inerrante PALABRA DE DIOS. Diversas religiones y todo tipo de filosofías y pensamiento, se han proliferado en todos los países, dejando la educación de los niños en manos de la Reforma Educativa, la cual se está encargando de quitar el Temor a Dios, el fundamento de la familia, el amor a la patria y sobre todo cauterizar sus conciencias con el amor egocentrista.
El resultado lo puedes ver alrededor tuyo, en la conducta de niños y jóvenes. –“Trato de no interferir con la religión de mis hijos, dijo un Padre: cuando sean lo suficientemente adultos, quiero que escojan su propia religión”. Si hay religiones para todo tipo y todos los gustos, pero ninguna ofrece el perdón de tus pecados, una vida espiritual llena de gozo y paz, ni llevan a Dios después de la muerte: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. 1 Timoteo 2:5
Sin embargo este mismo Padre de familia hace todo lo necesario, para estimular a sus hijos, a comer los alimentos adecuados para mantener su buena salud y le ayuda a elegir una carrera, que le garantice seguridad financiera; pero se olvida de su alma, de su conducta, de enseñarle, encaminarlo para que conozca al Dios Vivo y verdadero a través de Jesucristo que dijo: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto” (Juan 14: 6-7).
Enseñemos pues y tomemos tiempo de instruir a los niños y jóvenes a TEMER A DIOS, que es el PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA; para que disfruten desde ahora, su relación eterna con CRISTO, el único DIOS VERDADERO.
Todo el tiempo, si todo el tiempo debemos hablar de la Palabra de Dios, la única que cambia el corazón, que transforma nuestras vidas y nos da Paz.
Lamentablemente la iglesia se ha olvidado de enseñar y mostrar el amor y temor de Dios, y se ha acomodado al sistema engañoso de entretenimiento. Es hora de despertar y obedecer a nuestro Salvador Jesucristo, para cuando venga a buscarnos nos encuentre trabajando en su viña. Por otro lado hay misioneros que están exponiendo sus vidas por el evangelio; muchos otros están presos por proclamar la única verdad, La Palabra de Dios.
“Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,12 Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.13 Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas” (Salmos 79:11-13).
La lectura de la Biblia, la Palabra de Dios, la obediencia a ella y la Oración diaria en el hogar, fortalecen y bendicen a toda la familia. “Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19 ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos” (Salmos 80:18-19).
Recuerda: ¡No es pérdida de tiempo enseñar y obedecer su Palabra, es bendición eterna!
