SALMO-Capítulos 139-143

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Salmos 139:1-6  “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.”

SALMO 139
SALMO 140
SALMO 141
SALMO 142
SALMO 143

DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

07/18/2025

CAMINANDO EN LA VERDAD

Hoy 18 de julio

Salmos Capítulos 139-143

Estos capítulos nos hablan de: La providencia omnipresente, y omnisciente de Dios; Oración de David por liberación de Saúl; descanso en la Oración y Oración por Misericordia en el Juicio.

Meditemos en Salmos 139:1-6 “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.”

El Salmista, sabía que todo en su vida, era como un libro abierto para Dios. La soledad perdió su poder y los temores tenían poco control sobre él, porque sabía que Dios, el Dios omnisciente, el Dios Poderoso, Jehová de los Ejércitos, estaba con él y pendiente de él.

¿Sabías que tú le importas a Dios?, nada de tu vida le es insignificante, para su atención. Durante la mañana, y en la noche, él observa nuestros pensamientos, nuestros deseos secretos, nuestras necesidades verdaderas. Dios está presente en todo momento. “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. 15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas” (Salmo 139: 13-16).

David describe la Omnipresencia y omnisciencia del Dios Viviente de una manera magistral, viaja en el tiempo hasta describir el momento en que fue concebido en el vientre de su madre. Este salmo deberíamos enviarlo a la OMS (Organización Mundial de la Salud) a todos los ginecólogos y médicos en general. A la Organización de Derechos Humanos. Para que entiendan que es Dios quien también los ha formado a ellos; y es Dios el que da vida desde el mismo momento de la concepción.

Así que no somos un mero producto de la casualidad, como la ciencia mundana quiere que creamos. Tampoco es un derecho humano el aborto, el aborto es pecado contra Dios, y como tal debemos rechazar el asecinato de bebes. Como padres tenemos que defender la vida sexual de nuestros hijos y nietos, rechazando todo intento de promiscuidad especialmente en las escuelas donde los están empujando a ser activos desde muy temprana edad.

La Palabra Santa, enfáticamente nos advierte sobre el pecado de fornicación. Es hora de levantar nuestra voz en contra del sistema luciferino que está pervirtiendo la integridad e identidad de nuestros niños. “Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, Y el derecho de los necesitados. 13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia” (Salmo 140: 12-13).

La seguridad de su presencia, en momentos de tentaciones repentinas, debería permitirnos controlar nuestras actitudes, nuestras palabras y nuestra conducta; pensar primero antes de hablar y de actuar, a quién voy a servir, a quién voy a obedecer. Por eso debemos decir al Señor: Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare. 2 Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde. 3 Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios” (Salmo 141: 1-3).

Si fuéramos más conscientes de los atributos de nuestro Salvador Jesucristo y que él está observándonos en todo momento. ¿Cómo sería nuestra actitud?, si nos estuvieran grabando todo el día y la noche. Aún nuestros más íntimos pensamientos. ¿Cómo cambiaría nuestro carácter? Seguramente podríamos nuestra mejor cara, y dejariamos de quejarnos ¿verdad?.

La pregunta es: ¿Voy a complacer mi carne, o voy a obedecer a mi Dios?, quien me está mirando, y que todo lo sabe. Como creyentes que estamos creciendo en Su Gracia debemos someternos al ESPÍRITU SANTO, para que continúe cambiándonos a imagen de Cristo, debe ser nuestra prioridad cada día.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno” (Salmo 139: 23-24).

Recuerda: ¡De Dios no nos podemos ocultar, está observándonos todo el tiempo, vivamos vidas transparentes para Su gloria!

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