NM Vol. 133 # 3 Cambio Inesperado
2 Crónicas 33:10-17 y cuando oró a él, Dios se conmovió por su ruego; qué maravillosa expresión encontramos en este pasaje de la sagrada escritura. Dios se conmovió, y cuando oramos con pasión, con deseo de conocerle más, encontramos que Dios se conmueve!. Dios da un nuevo comienzo a nuestra vida.
Empecemos, “el mercader de la muerte”, está muerto: este era el título de un obituario, que tal vez hizo que Alfred Nobel, el inventor de la dinamita, corrigiera el curso de su vida.
En ocasiones amigo, oyente encontramos, un evento en la vida que nos cambia para siempre. Tal vez sea la enfermedad de uno mismo o de un ser querido, en fin nuestro legado nos hace cambiar. Dios mismo nos hace cambiar, pero el periódico cometió un error: Alfred estaba más vivo que nunca: el que había muerto era su hermano Ludwig.
Cuando Alfred se dio cuenta. de que sería recordado por un invento peligroso, destructivo, masivo que llevaría a la ruina, y a la miseria tantos seres humanos, que se llevó muchas vidas, decidió donar la mayor parte de su abundante riqueza, para establecer un premio para los que habían beneficiado a la humanidad. Se lo conoce como el premio Nobel de la Paz.
Más de 2000 años antes, otro hombre poderoso tuvo un cambio de corazón: Manasés rey de Judá se reveló, contra Dios como resultado, lo llevaron cautivo a Babilonia, pero en angustias, oró al Señor y habiendo orado, Dios lo restauró a Jerusalén a su reino: 2 libro de Crónicas 33: 12-13. Manasés pasó el resto de su gobierno en completa Paz, sirviendo al Dios vivo y verdadero y haciendo lo mejor posible, para reparar los errores que había cometido.
Es cierto amigo oyente, muchas veces Dios nos da la oportunidad, así como Zaqueo, de reparar el daño que hemos hecho de mendar amistades y relaciones; muchas veces familiares, pueda ser un hijo una hija, puede ser en la iglesia en el trabajo. Dios nos da este tiempo, este espacio, para que podamos reparar, esas relaciones que usted ha tenido y fue lo que pasó con el apóstol Pedro: había negado al Señor de una forma completa, de una forma abierta, no secreta: “no conozco a ese hombre”, pero después encontramos ahí en Juan 21. que Jesucristo mismo. restauró a Pedro, para que conforte a sus hermanos, para que sea un siervo grande y la historia secular nos indica que Pedro murió crucificado cabeza abajo, porque dijo: que no merecía morir, como su Maestro.
Dios se conmovió por su ruego, él responde a la humildad. Dios siempre está atento, de nuestra situación humilde, nos acordamos de Nabucodonosor que se levantó orgulloso, delante del rostro de Dios: “diciendo quién como yo”, y él se gozaba de sus logros: los jardines colgantes en el palacio. Pero Dios, nos humilla para que sepamos y veamos que es Dios: el Verdadero Señor y Rey de la tierra. el Todopoderoso y hacemos cambios sustantivos, en cuanto a nuestra relación con el Señor: él dice que Jehová era el Dios Verdadero y que debemos Adorar a Él.
Cuando nos damos cuenta, de que debemos modificar nuestra forma de vida y volver a él, Dios nunca nos rechaza. Dios nos recibe con su GRACIA inmerecida y nos renueva con su AMOR generoso, derramado en la Cruz del Calvario. Los nuevos comienzos, comienzan con Dios. Dios es el único que merece Gloria y Honra y servicio por la eternidad.