NM Vol. 132 # 52 Intimidad en la Oración
Después de despedir a la multitud, subió solo al monte para orar. Hasta bien entrada la noche, estaba allí solo (Mateo 14:23).
La oración tiene sus beneficios amigo lector. Hay muchos beneficios de la oración, he aquí algunos de ellos.
# 1 La oración te ayuda a desarrollar una relación con Dios. Y eso es lo que necesitamos, estar más cerca del Señor.
# 2 La oración te ayuda a tener una comprensión de la naturaleza amorosa de Dios. Conocer a Dios es lo más hermoso que existe sobre la faz de la tierra.
# 3 La oración nos da respuestas
# 4 La oración nos ayuda a encontrar guia e inspiracion en la vida
# 5 La oración nos da la fortaleza para evitar la tentación
Jesus estaba solo en el monte y es muy cierto que se requiere paz, soledad, privacidad, el closet de la oración. Pasar horas en soledad con Dios solo es algo extraño para nosotros. No estamos familiarizados con Dios. Él es, para la mayoría, una entidad distante, no un Padre cotidiano. Son pocos los que, como Moisés, le hablan a diario como “de amigo a amigo”. Pero esta familiaridad es precisamente lo que Dios desea, no de manera casual, sino de una manera ferviente, amorosa e íntima.
ES NUESTRA FALTA DE DESEO Y TIEMPO
Jesús era uno con el Padre, por lo que la profundidad de su relación no se puede repetir. Pero podemos conocerlo más. Podemos anhelarlo para estar a menudo en Su presencia, sin cesar en nuestra comunicación a través de Su Palabra y la oración.
Cuanto más lo deseamos y pasamos más tiempo con Él, más familiarizados nos volvemos con Él. Más cómodos, humildemente gozosos y relajados nos sentimos en Su presencia. Español. Estar más tiempo en su trono no sería una aberración si estuviéramos más familiarizados con Dios. Podríamos aprender a hablar con Él acerca de todo (¿No es esto lo que Él quiere e incluso ha ordenado? Efesios 6:18). Podríamos aprender a escucharlo y oírlo de maneras más profundas, a sentarnos a sus pies y aprender de Él. Descubriremos que Él está profundamente interesado en todo lo que nos sucede en la vida.
Bien entrada la noche
Estas noches de oración eran indispensables para el hombre Jesús. ¿Puedes imaginar los intercambios que se dieron? El consuelo y la perspectiva que se le dio a Jesús, las instrucciones para el día siguiente, la alegría pura de estar con Aquel de quien fluyen todas las bendiciones?
¿Puedes imaginar al Padre escuchando del Hijo lo que Él estaba experimentando en la tierra? Dios nunca había tomado forma humana hasta Jesús. ¿Puedes escuchar a Jesús transmitiendo cosas al Padre, ahora vistas a través de los ojos de Su amado Hijo, en quien Él estaba muy complacido?
Todo lo necesario se obtuvo -y siempre se obtiene- en la presencia de Dios. Su presencia es nuestra mayor necesidad, y nuestra presencia es Su gran deseo y deleite. Oh, que Dios nos ayude… liberándonos de nuestra preocupación por otras cosas y creando un hambre de familiarizarnos con Él.
Padre, líbrame de mi falta de familiaridad contigo. Ayúdame a sentirme en casa en Tu presencia. Muéstrame cómo pasar más tiempo allí… para estar contigo, aprender de Ti, bendecirte y honrarte más. Llévame allí, Señor, para que pueda servirte mejor a Ti y a los demás y para que mi vida lleve la fragancia y el resplandor de Tu presencia a todos los que encuentre para Tu gloria.
