
“¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!2 Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.3 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo” Miqueas 2: 1-3.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 25 de Septiembre
Leemos al profeta Miqueas 1-7
El nombre Miqueas significa “¿quién como Jehová?” Miqueas profetizó aproximadamente desde el 740 hasta el 687 a.C, durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías, un periodo de cerca de cincuenta años. Aunque su mensaje principal fue dirigido a Judá, predijo la cautividad del reino del norte Israel.
Miqueas nació en una ciudad llamada Moreset, una aldea fronteriza con el territorio filisteo, su profecía se refiere al pecado y los juicios contra las ciudades capitales de Israel y Judá; e intentaba llevarlas al arrepentimiento y así evitar el juicio de Dios.
Miqueas era contemporáneo de Isaías, profetizaron en Judá durante la época de la reforma del reinado de Ezequías. Miqueas anuncia como siervo fiel de La Palabra del Único Dios Verdadero, Jehová de los Ejércitos Dios de Israel; que El Eterno Dios levantara un remanente fiel a su Rey y Dios. También Miqueas proclama la venida del Mesías como el fundamento de la esperanza para el futuro bendecido y glorioso que describe e incluso especifica que Belén será el lugar de nacimiento del Mesías. Al igual que Isaías, en Miqueas se profetizan las dos venidas de Jesucristo.
Este libro termina con una declaración del cumplimiento final del pacto de bendición a Abraham. Miqueas tiene 7 capítulos de los cuales el 70% son profecías.
Los puntos sobresalientes de estos capítulos son: Juicios pendientes contra Israel y Judá; liberación futura de un remanente fiel; nacimiento del Mesías Jesucristo profetizado y el juicio y la misericordia del Eterno Dios.
Meditamos hoy en Miqueas 5: 2-4 “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. 3 Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. 4 Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.”
El lugar de nacimiento de nuestro Salvador fue profetizado por Miqueas 700 años antes de que Jesús naciera. Miqueas fue el único profeta que dijo específicamente que Cristo nacería en Belén. Por cuanto 19 de los 20 reyes de Judá nacieron en Jerusalén, la ciudad ilustre, no parecía cierto que el Mesías- Rey naciera en Belén.
Todas las circunstancias alrededor del nacimiento de Jesús hacían poco probable el cumplimiento de su profecía. José y María la madre de Jesús, estaban viviendo en Nazaret, a unos 145 kilómetros de Belén. Pero debido a un decreto concerniente a impuestos hechos en Roma por Cesar Augusto, María quien pudo haber permanecido en Nazaret, viajó con su esposo José a Belén, donde Jesús, el Mesías, nació. (Lucas 2:1-7).
El tamaño de Belén también tiene un significado, Cristo siempre “nace” entre los “más pequeños” de corazón, suficientemente humilde para confesar sus pecados y reconocerlo como Señor Eterno. Belén fue un lugar insignificante hasta que el Señor Jesús nació allí.
Miqueas también describe con lujo de detalle el comportamiento de su auditorio: “¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!2 Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. 3 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo” (Miqueas 2: 1-3).
Igualmente los sacerdotes son reprendidos: «Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. 12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque” (Miqueas 3: 11-12).
Nadie puede burlarse del Dios Poderoso: sea sacerdote, presidente, príncipe o rey, crea o no crea en Él, lo que el hombre sembrare eso cosechará. Es hora de seguir los consejos del profeta Miqueas 6:8 «Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”
Tu vida puede parecer insignificante. Pero cuando te humillas ante Su Magestad, recibes a Cristo como tu Salvador, naciendo en el Espíritu Santo, tu cuerpo se convierte en templo del Dios Viviente. Lo que da a nuestras vidas significado es Aquel que vive en nosotros el cual se expresa a Sí mismo a través de nosotros.
«¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. «Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7: 18-19)
Recuerda: ¡La verdadera satisfacción solo puede ser encontrada en Jesucristo y Su Palabra!