
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” 1 Timoteo 6:10
LECTURA Y VOZ DE SAMUEL MONTOYA
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
ES 18 DE MARZO,
Libro Histórico de Josué Capítulos 14-16
Los puntos sobresalientes en estos capítulos son: La tierra prometida es dividida entre las tribus; Caleb hereda Hebrón; territorios adjudicados a Judá, y las porciones de Efraín y la mitad de la tribu de Manases.
Meditamos hoy en Josué 16:9-10 “Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas ciudades con sus aldeas. Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el cananeo en medio de Efraín, hasta hoy, y fue tributario”.
¿Porque los Efrainitas no pudieron derrotar a los Cananeos en Gezer?, ¿fue por cobardía que no pudieron, o por algo mucho más serio? No existe ningún registro, ni siquiera que la tribu
de Efraín tratará de reclamar ese territorio; lo que aún se mantiene es que desobedecieron las órdenes del Señor, este es el resultado inevitable de la Incredulidad de la Tribu de Efraín.
La Incredulidad de Efraín dio lugar a un espíritu de compromiso con sus enemigos; en lugar de derrotar a los Cananeos, quedó en medio de Efraín y fue tributario. “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;” (Hebreos 3:12) La incredulidad es lo opuesto a la fe, y comienza con la duda “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.” (Santiago 1:6)
No es de sorprenderse pues, que finalmente siguieran los pasos de sus vecinos paganos y llegarán a ser idolatras. Tengamos presente que el pecado contamina: Dice Pablo en 1 Corintios 5:11 “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.”
Cuando Jesús resucitó, reprochó la incredulidad de sus discípulos. Leemos en Marcos 16:14 “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprocha su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado”.
También pasó lo mismo con Tomas, leemos en Juan 20:27-29 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
El Señor nos ha dejado su Palabra para creerla, para vivirla. Cuando no la creemos, no la obedecemos, vivimos vidas mediocres, juntándonos y buscando la ayuda de los incrédulos, como lo hicieron los Efrainitas.
La Tribu de Efrain era suficientemente fuerte, para dominar a los Cananeos, por consiguiente, no tenían ningún pretexto para permitir a los Cananeos que adoraban a Ídolos vivir entre ellos; porque poco a poco se fueron contaminando. Levítico 19:31 “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios”.
La utilidad financiera, fue aparentemente también más importante para ellos, que ser obedientes a Dios; los hicieron tributarios. Tengamos cuidado con nuestro razonamiento y donde está nuestro corazón, traz a que vamos. Sí va tras la codicia, o va tras la obediencia a Dios. “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:10).
Esto ellos lo sabían muy bien; sin embargo se dejaron contaminar por los Cananeos. En Isaías 45:20 “Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva”.
Los Efrainitas tenían un Dios poderoso, pero sin embargo por la codicia de su corazón y por la incredulidad, se apartaron del Dios Omnipotente de Israel.
Muchos creyentes, se quejan y se rinden, cuando sus circunstancias parecen ser difíciles, o no salen como ellos las desean; pero Dios nuestro PODEROSO SALVADOR, JESUCRISTO, siempre honrará la Fe de aquellos que dependen de su PALABRA.
El incrédulo no prosperará, pero el obediente será sabio y verá la Gloria de Dios en su vida.
Recuerda: ¡Ir tras la codicia de nuestro corazón, nos priva de recibir las riquezas de Cristo!