Génesis 31:13; 32: 28 y 30 “Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento”. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[b] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
GÉNESIS CAPÍTULOS 31 AL 33- LECTURA POR SAMUEL MONTOYA
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
Continuamos con la lectura fascinante del libro de Génesis;
Capítulos 31 al 33;
Es 11 de enero y estamos Caminando en la Verdad,
Vemos en estos Capítulos; la Riqueza de Jacob ocasiona celos, Jacob huye de su suegro Labán, acuerdo entre Jacob y Labán, Jacob lucha con Dios y su nombre es cambiado a Israel y Reunión de Paz entre Jacob y Esaú.
Meditamos hoy en Génesis 31:13; 32: 28 y 30 “Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento”. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[b] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
El Dios Eterno habla a Jacob que vuelva a la tierra. La vida de Jacob estuvo llena de temores y desengaños por supuesto, pero su mayor temor lo había perseguido por veinte años, finalmente fue obligado a enfrentar a su hermano, quién había prometido matarlo. La angustia y el miedo lo controlaban, había escapado para sentirse tranquilo. Pero estos inquilinos de su corazón vivían con él. Dios no podía usarlo hasta que desalojara a los intrusos que no traen gloria a Dios. Jacob se había preparado y había hecho muchos planes, para enfrentar a Esaú, finalmente se dio cuenta que su única esperanza descansaba en Dios, no en sus propios esfuerzos. Dios tuvo que salir a su encuentro, El usurpador Jacob era tan porfiado que el Ángel de Jehová luchó con él, hasta que Jacob confesó su nombre engañador y vio a su Creador y Juez, cara a cara, la misericordia de Dios le cambió el nombre a ISRAEL Príncipe de Dios, Desde que tuvo este encuentro con su Creador, Jacob nunca más fue el mismo.
Pero muchos Cristianos al igual que Jacob han batallado con la fuerza de la carne, tramando, planificando, esforzándose en el afán de conseguir Victorias Espirituales, pero es imposible, porque no podemos servir a Dios en nuestras propias fuerzas.
Romanos 8:1-2 ”Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.
Dios lo libró de una muerte segura de su hermano Esaú a Jacob, así Dios nos libera totalmente, de la muerte, de la paga del pecado que es la muerte del alma. La Misericordia de Dios nos lleva a ver que la vida victoriosa no es nada más que vivir en el Poder del Espíritu Santo que nos ha sido dado. Romanos 8:7-9 dice “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.
Puede ser que tú estés como Jacob, perseguido, lleno de Temores de pecados de hace veinte años, cosas del pasado. Te animo a que tengas un encuentro personal, como Jacob lo tuvo y dejes todas tus cargas a Dios. Jesucristo primeramente quiere limpiarnos lo íntimo de nuestro ser, el subconsciente y el consciente, no podemos crecer espiritualmente si no dejamos que el Señor nos limpie del pecado pasado que hemos guardado por mucho tiempo, su misericordia te quiere transformar solo tienes que confesarle tu Nombre y el también confesará el tuyo. En Apocalipsis 3:5 nos dice: El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Romanos 8:13-14, nos sigue diciendo “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”
Dios te está esperando para darte un nombre nuevo! Recuerda: Solo los que son Guiados por el Espíritu de Dios, éstos son Hijos de Dios!
