
Salmo 18:1-2 “Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió á Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: TE AMO, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi Escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.
Isaías 55:9 “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
VOZ Y LECTURA DE SAMUEL MONTOYA
AUDIO -DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 16 de abril
2 Samuel Capítulos 15-17
Allí vemos: Popularidad de Absalón y conspiración contra David, David escapa de Jerusalén, engaño de Siba, maldición de Simei, y entrada de Absalón a Jerusalén.
Meditamos en: 2 Samuel 15:13-14 “Y vino el aviso á David, diciendo: El corazón de todo Israel va tras Absalón. Entonces David dijo á todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa á partir, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad á filo de espada”.
Uno de los pasajes más penosos de la Biblia, es el que relata cómo el Rey David, tuvo que escapar de su hijo Absalón. Al viejo rey se le describe angustiado, corriendo descalzo, y la cabeza cubierta y siguiendo la ruta al Monte de los Olivos.
Simei uno de los parientes de Saúl, persiguió a David, cuando éste escapaba a Jerusalén, insultándole y arrojándole piedras, acusó a David de ser responsable de la muerte de Saúl y de toda la sangre de su casa: 2 Samuel 16:8 “Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado: mas Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres varón de sangres”.
Esta acusación era falsa y Abisai, pidió permiso para matar a Simei. David se negó diciendo: “Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? El maldice así, porque Jehová le ha dicho que maldiga a David; ¿quién pues le dirá: Por qué lo haces así?”. (2 Samuel 16:10).
David creyó que había perdido el trono debido a su pecado, por lo tanto merecía la humillación del pariente de Saúl. Muchas veces reaccionamos peleando o buscando venganza, y no vemos la mano de Dios en nuestros sufrimientos. Por otro lado tenemos que tener cuidado en juzgar a otros conforme a nuestra percepción, no sea que nos encontremos pecando contra el Señor Eterno, es mejor no hacer comentarios y llevar todo en oración.
Vemos cómo David se refugió en Jehová y escribió los Salmos: Salmo 18:1-2 “Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió á Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: TE AMO, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi Escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.
Salmos 27:1 “Salmo de David. JEHOVA es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme?”.
Este Salmo 27 deberíamos repetirlo todos los días. En esta verdad de rendirnos a Dios, descubrimos su perfecta Voluntad y su fortaleza para nuestras vidas.
Si decimos que Dios está en control de todo, entonces también está en control de todo lo que nos pasa; sea bueno o sea malo en nuestro diario vivir. Te pregunto ¿en qué porcentaje está Dios en control de tu vida? 10, 30, 50 o 100 %. Entender que Dios sabe todo lo que nos pasa nos enseñará a confiar más en Su Palabra y a caminar en el Espíritu Santo, como es Su voluntad.
El privilegio que tenemos los Creyentes, es el de rendir nuestra Voluntad a sus caminos. Dios nos enseña el enorme privilegio de aceptar su voluntad, que está llena de amor para nuestras vidas: Nahum 1:7 “Jehová es Bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce á los que en él confían”.
También vemos en Isaías 55:9 “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
Gracias a nuestro Señor Jesucristo que nos ha dado la habilidad y nos ha revelado en el Espíritu Santo sus más íntimos pensamientos en Su Palabra.
¡Así que recuerda, Dios es nuestra fortaleza siempre en momentos de Tribulación!