Isaías 42:1-4 “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. 2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. 3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. 4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 8 de agosto
ISAÍAS Capítulos 38-42
Los puntos sobresalientes son: La vida de Ezequías es prolongada, Cautividad en Babilonia es profetizada, Consuelo para el pueblo de Dios, Jehová da seguridad a Israel, el Siervo escogido de Dios, Cántico de Alabanza al Señor, e Israel sufre las consecuencias del pecado.
Meditamos hoy en Isaías 40: 1- 3, y 7-8 “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. 3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. 7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. 8 Secase la hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
Cuando ciertos hombres le preguntaron a Juan Bautista, ¿Sí él era el Mesías?. El cito las Palabras: “Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Juan 1:23
Ahí se estaba cumpliendo esta profecía, y hasta ahora podemos escuchar la voz de Juan diciendo “Enderezad el camino del Señor”. Enderezad, él está clamando, para que cada uno de nosotros, vengamos a Dios, El nos perdone, le conozcamos y obedezcamos, en todo.
Isaías 42:1-4 también nos habla de la profecía del Hijo de Dios, Jesucristo el Mesías “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. 2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. 3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. 4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.” Y esta profecía se cumplió en (Mateo 12: 18-21). Jesucristo el Hijo amado y obediente vino a buscar y salvar lo que se había perdido. A liberar al ser humano de la esclavitud del pecado.
Y aunque no parezca haber ningún consuelo en las palabras como: “hierba es el pueblo, secase la flor y marchitase la hierba”; ella ilustra un principio básico. Hasta que no veamos nuestra incapacidad, no vamos a acudir a Cristo para Salvación. Nosotros queremos solucionar todos nuestros problemas y cuando ya no podemos, recién vamos a Dios. Lo que debemos reconocer y arrepentirnos es que somos pecadores e ir al Único que nos puede liberar.
Nos dice Isaías 40: 21-26 “¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23 Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. 24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. 25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.”
Nuestro corazón es duro, solo Jehová el Dios Viviente lo conoce. A veces creemos que somos lo suficientemente buenos, como nos hacen creer, los nuevos pensamientos místicos, filosofías y psicologías mundanos, si tenemos estos paradigmas, nunca vamos a conocer al Salvador de nuestras almas. Tenemos que entender, que dentro de nosotros, no hay nada, pero nada bueno; algunos necesitan pasar por situaciones difíciles, para reconocer su incapacidad y buscar a su creador.
Isaías 38: 16-20 “Oh Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, y en todas ellas está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, y harás que viva. 17 He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. 18 Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad. 19 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos. 20 Jehová me salvará; por tanto cantaremos nuestros cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.
No esperes alguna catástrofe, para acercarte al Dios Viviente Jesucristo; Él quiere perdonar tu pecado hoy.
Recuerda: ¡Nosotros vivimos tiempo limitado por eso debemos Vivir obedeciendo la Palabra del Dios nuestro que permanece para siempre!