1 Pedro 3:16 “Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 6 de junio
INICIAMOS LIBRO DE Nehemías
Nehemías era un Judío y tenía la posición de Copero del Rey Artajerjes, del poderoso imperio Persa; con tan motivo era su acompañante y consejero del rey.
Probablemente el libro que lleva su nombre se escribió entre los años 445 y 420 A.C. y abarca de 19 a 25 años. Nehemías significa” Jehová consuela”; era descendiente de los judíos llevados al cautiverio babilónico (606-536 a. C.). Nehemías le hizo frente a la conspiración, a la burla, a la ira, la usura, el desaliento, la intimidación y al abandono de las responsabilidades espirituales por parte del pueblo y sus gobernadores. A pesar de ello Nehemías prevaleció a través de la oración, la perseverancia, una sólida preparación en las Escrituras y una convicción inamovible de amor a Su Dios, Jehová de los Ejércitos. El libro de Nehemías tiene 13 capítulos.
Hoy comenzamos con las lecturas de los Capítulos de Nehemías del 1 al 3
En estos capítulos vemos: Oración de Nehemías por Jerusalén, a Nehemías se le permite ir a Jerusalén, Nehemías inspecciona los muros de Jerusalén y los constructores de los muros.
Meditaremos hoy en Nehemías 2:10-12 y 19-20 “ Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel. Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. 19 Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? 20 Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén ”.
Expresando burla, Sambalat y sus seguidores preguntaron: “¿Qué es esto que haceis vosotros?”; entonces la persecución se convirtió en calumnia: “¿Os rabelais contra el rey?”. La burla y la calumnia siempre han sido las armas favoritas del enemigo, para impedir la obra del Señor. Cualquier ministerio iniciado por Dios, sufrirá oposición satánica. He aquí algunos ejemplos: Acab acusó a Elías de molestar a Israel (1 Reyes 18); Daniel fue acusado de desobediencia y fue arrojado a la jaula de los leones (Daniel 6)
El Señor Jesucristo fue acusado y ejecutado como un malhechor (Juan 18 y 19)
Nuestro Señor dijo “Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” Mateo 10:25.
No es de sorprenderse escuchar rumores y acusaciones maliciosas contra un Siervo de Dios, ministerio, o Iglesia, que está siendo usado efectivamente por el Señor.
Así como las edificaciones de Jerusalén, tenían muchos enemigos, así también el Ministerio de los Siervos de Dios, tiene mucha oposición.
En 1 Pedro 3:16 “Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”.
Debemos dejar que el Señor determine la manera de nuestra liberación; Dios que provee para el gorrión y que da suficiente Gracia a sus servidores; El también obra en los que están en autoridad y da el pago a cada uno sea bueno o malo.
“Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina” (Proverbios 21:1).
Entonces podemos estar seguros que lo que Dios empieza, El lo termina: “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará” (Salmos 37:5).
Recuerda: ¡Como hijos amados del Rey de Reyes; seamos una expresión del Amor, de la Paz y del Gozo de nuestro Señor Jesucristo, aunque confrontemos oposición!