
“Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. 23 Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él. 24 Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré” Hechos 24: 22-25.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 17 de noviembre
Hechos de los Apóstoles-Capítulos 23-25
Los puntos sobresalientes en estos capítulos son: Pablo ante el concilio religioso, los Judíos, conspiran para matar a Pablo, Pablo es enviado a Félix, Pablo ante Festo, y su apelación al César.
Meditamos en Hechos 23: 9-12 “Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios. 10 Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza. A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.12 Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.”
No se dice que los miembros de la Iglesia de Jerusalén, hayan animado, consolado y defendido a Pablo, mientras se encontraba preso; pero el Señor lo consoló, le dijo “ten ánimo Pablo.” El Dios Eterno a quien Pablo servía, estaba en control de su vida, revelándose a él y dándole ánimo para seguir adelante por encima de los conflictos, testificando de Jesucristo que había resucitado de los muertos y que era el Mesías prometido a Israel.
Salmos 27:10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá”.
En este día, el Señor nos dice “Ten ánimo, Yo estoy contigo; Yo sé lo que estas pasando, Yo sé de tu sufrimiento, ten ánimo, estoy en control de tu vida”. ¡NO ESTÁS SOLO!
A Pablo lo abandonaron, estaba preso, pero el Señor guiaba todos sus pasos protegiéndolo de todo mal.
Al día siguiente, Pablo supo que cuarenta hombres religiosos judíos, habían juramentado de no comer, ni beber, hasta matarlo. Nos dice Hechos 23: 20-22 “Él le dijo: Los judíos han convenido en rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna cosa más cierta acerca de él. 21 Pero tú no les creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están listos esperando tu promesa.22 Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.”
En este caso, Pablo usó a su sobrino, para que diera parte a las autoridades, de este Plan siniestro. El Eterno Dios entró inmediatamente en acción; para proteger a su escogido usando a la misma guardia del tribuno, con una carta para el gobernador. “Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea; 24 y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el gobernador.” (Hechos 23:23-24).
Pablo hizo más que orar por el problema, usó todos los medios a su alcance que Dios le proveyó, para avisar a las autoridades, y evitar el ataque de sus enemigos. Era una cosa muy sagrada hacer juramento. Nos preguntamos ¿Qué pasaría con estos cuarenta hombres, que luchaban contra Dios? Estaban a favor, de su religión, de sus paradigmas, de sus tradiciones; eran porfiados, y rebeldes; no querían oír la voz del Dios de Israel. Sin embargo no les importaba, quebrantar la ley de Dios; que la sabían muy bien “ No matarás”, no obstante decidieron ir contra la ley de Dios, contra Dios mismo, con tal de salirse con la suya, y hacer desaparecer a Pablo.
Así que Pablo testificó delante de Félix como el Señor Jesucristo le mandó: “Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. 23 Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él. 24 Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré” (Hechos 24: 22-25).
Tampoco ahora, nadie quiere escuchar del juicio venidero; la filosofía y psicología mundana va en contra de la Palabra de Dios. Sin embargo es nuestro deber como creyentes seguir orando y proclamando Su Palabra ya que es la ÚNICA FUENTE DE SALVACIÓN para el ser humano.
¡Nuestro Dios Viviente, nos ha equipado con el PODER DE SU ESPÍRITU SANTO, para resistir en el día malo! ¡Recuérdalo Siempre!