
«En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía». JUECES 21:25
LECTURA Y VOZ DE SAMUEL MONTOYA
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
es 30 de marzo
Fin del libro de Jueces Capítulos 20-21
En estos capítulos vemos: La guerra contra los Benjamitas, su derrota, la provisión de esposas para los Benjamitas restantes.
Meditamos hoy en Jueces 21:2,3 y 25 “Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:3 Oh Jehová Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu? En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”.
Debido a que los Israelitas, fracasaron en reconocer a Dios como su Rey, eran constantemente derrotados por los Cananeos; los cuales Dios había determinado que fuesen derrotados: Jehová era el verdadero Dios de Israel, pero cuatro veces en este libro de Jueces se registran estas mismas palabras y otras similares. ¡En aquellos días no había Dios en Israel, cada uno hacía lo que bien le parecía!. Porque ignoraron a su Dios, ignoraron a Jehová de los Ejércitos, ignoraron Su Palabra, no querían obedecer sus preceptos, de tal manera que el pecado se enseñorea sobre ellos.
Nunca como creyentes dejemos la Palabra del Eterno, porque seremos víctimas de lucifer que está en todo tiempo acechando. Cuando cada uno hace lo que le parece correcto, habrá anarquía, inmoralidad y engaño de falsas enseñanzas y doctrinas.
Cuando la Palabra de Dios es ignorada como pasó con la Tribu de Dan; el hombre se encuentra sin ninguna Guía, llevado de aquí para allá por cualquier viento de enseñanza. Dan fue el quinto hijo de Jacob, su madre la sierva de Raquel, esposa de Jacob. Fue la primera tribu, que fue tras otros dioses y levantó altar a ídolos, se llenó de codicia, no se conformó con un territorio pequeño pero fructífero que le fue heredado, quería más y más y en su afán de su codicia se contaminó.
Mirando a nuestro alrededor y también las noticias, todo el sistema de información-redes sociales; se asemeja al tiempo de Jueces “cada uno hace lo que bien le parece”. Ahora no se puede decir nada, llamar la atención, dar un consejo, porque muchos se ofenden. No se les puede decir que lean la Biblia, porque cada uno tiene su propio dios y su propia manera de pensar; todo es relativo. Pero podemos decir que volvimos al tiempo de Dan así está nuestro mundo en el siglo XXI.
Y eso es lo que quiere satanás, que cada uno haga lo que bien le parece y cada día nos alejamos mas y mas de Dios. Vemos tristemente los resultados en las escuelas “sin Temor a Dios”, vemos en los hogares “sin Temor a Dios”. Ya ni siquiera hay hogares, ya no se respetan las ordenanzas de Dios. El sistema luciferino está engañando y cambiando todo, haciéndoles creer a la nueva generación que la mejor manera de vivir es complacerse y que el sistema le provee de todo sin límites para que sean felices y sin importar las consecuencias futuras. Aun se han atrevido a desafiar la identidad humana, creando clinicas para cambio de sexo, como si Dios se hubiera equivocado al mandarlos.
Pero déjame decirte, que la Palabra de Dios es Viva, es la misma ayer, hoy y siempre, y nunca cambia. El hombre fue creado para adorar y obedecer a su creador el Dios, Todopoderoso; pero al menos que él no adore de acuerdo a su Palabra, se encaminará a alguna forma de adoración falsa.
Si, el apartarse de Dios y hacer nuestra propia voluntad, no trae nada bueno, más bien el peligro de una vida de perdición y separación más y más de Dios, de nuestro Creador es más patente cada día.
Como creyentes en Cristo, debemos imitar a nuestro Señor y Salvador “Jesucristo”, puesto que Él fue obediente a su Padre nos dice Filipenses 2:5-11 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para Gloria de Dios Padre”.
Recuerda: ¡El hombre no fue creado para hacer su propia voluntad, sino para tener una íntima relación con su Creador y Salvador Jesucristo!