
16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el FRUTO DEL ESPÍRITU ES AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, BENIGNIDAD, BONDAD, FE, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 2 de diciembre
FIN Carta a los Gálatas – Capítulos 4-6
Los puntos sobresalientes en estos capítulos son: Alegoría de Agar y Sara, la Libertad del Evangelio, las obras de la carne y el fruto del Espíritu y la gloria de la cruz de Cristo.
Hoy meditamos en Gálatas 4:4-9 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo 8 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?”
El propósito doble que el Señor tuvo al redimirnos, fue pagar por nuestros pecados y adoptarnos en la familia de Dios; como acabamos de leer: Él nació bajo la ley y vino a redimirnos, a liberarnos a los que estábamos bajo la Ley, para hacernos sus hijos.
Cuando Dios, anunció su plan de libertar a Israel, de la esclavitud en Egipto dijo “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes” (Éxodo 6:6).
La liberación de Israel, de la esclavitud Egipcia y su Restauración a la tierra prometida, fue símbolo de la liberación espiritual, por la cual Cristo, en el cumplimiento del tiempo como nuestro Pariente Redentor, nos liberó del pecado y nos ha restaurado a la Comunión con Dios. CRISTO, pagó el rescate por nuestros pecados, con su muerte en la cruz. El precio del rescate exigido, era sangre; entonces pagó con su propia sangre la liberación por nosotros. Dando cumplimiento a las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento.
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa” (Gálatas 5: 1-9).
La Iglesia está viviendo en un tiempo de apostasía y confusión doctrinal que se ha introducido sagazmente; así que sigue resonando la pregunta de Pablo: Vosotros corríais bien; ¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Hacemos bien en analizar nuestra vida espiritual, si alguien nos persuade a hacer prácticas o aceptar doctrinas que no proceden del que nos ha llamado nuestro Señor Jesucristo. Tengamos cuidado “Un poco de levadura leuda toda la masa”
Gálatas 5:13- 25 “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el FRUTO DEL ESPÍRITU es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
No nos engañemos el creyente no puede, ni debe andar en el Espíritu y al mismo tiempo satisfacer los deseos de su carne, estos se oponen entre sí y vivirá una vida mediocre y estancada espiritualmente. Estemos sobrios al considerar esta lista de las obras de la carne, que no nos engañen; teniendo la convicción que nuestra carne debe estar crucificada en la cruz de Cristo. Dios nos ha dado una nueva naturaleza la del Espíritu Santo y debemos abundar en su fruto, para su gloria.
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6: 7-10).
Así que, ya no somos esclavos ni de la ley, ni del mundo, ni del pecado, ni de satanás. Ahora, somos hijos y si hijos, también coherederos por medio de Cristo. ¡Gloria a Dios!.
¡Jesucristo por la Fe, nos dio libertad para vivir en su Gracia y en Santidad!
Recuerda:!SI VIVIMOS POR EL ESPÍRITU, ANDEMOS TAMBIÉN POR EL ESPÍRITU!