Lucas 15:17-24 “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 27 de octubre
Evangelio de Lucas-Capítulos 14-16
En estos capítulos vemos: Jesús sana a un hombre en el día de reposo, la humildad, parábola de la gran cena, amar a Jesús más que a uno mismo, la oveja perdida, el hijo pródigo, y el hombre rico, y lázaro.
Meditamos en Lucas 15:13-18 “No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Aquel hijo egoísta, insistió en estar libre de la autoridad de su Padre, y de cualquier responsabilidad hacia él; exigió y recogió su herencia y se fue según él a ser feliz viviendo como quería lejos de la disciplina de su padre, sin embargo pronto fue engañado por sus propios deseos y lo derrocho todo viviendo perdidamente.
Cuanta similitud hay con jóvenes, que no quieren estar bajo la tutela de sus padres; apenas crecen y dicen “padre esta es mi vida, yo quiero vivir a mi manera”. Eso quiere decir ser engañados por satanás para vivir en el pecado y la paga del pecado es la muerte; primeramente la muerte espiritual, una vida sin Dios y sin Su Palabra, que está destruyendo hasta la dignidad de la mayoría de los jóvenes en nuestro mundo moderno.
Finalmente, este hijo deshonesto, se volvió un indigente, y luchó con su orgullo y vergüenza, ya que las cosas no le salieron como pensaba, sino que su vida fue desperdiciada, no queriendo confesar su pecado; su orgullo, no lo dejaba: “como voy a volver al Padre otra vez, que van a pensar de mi, si yo salí con tanto orgullo, pensando que yo podía hacer lo que yo quería, no puedo volver a mi Padre;” llenaba satanás su mente de estos pensamientos.
Pero al fin, tenía hambre y pensando en que comer “Volvió en SÍ”, y arrepentido dijo: «He pecado contra el cielo y contra mi padre” y regresó a casa de su Padre, cuando uno vuelve en Sí, siempre regresa a su Padre.
Esta es la historia, de la raza humana, que quiere hacer siempre su voluntad, y se cree autosuficiente, tanto así, que demanda una vida independiente de Dios; es decir, ser su propio dios, su propio diosito, complaciéndose en todo, siempre se debe hacer lo que yo digo, siempre tengo que complacerme entregándose a su propia voluntad y a sus propios placeres; siendo engañados por su propio corazón perverso.
En contraste a la solicitud de este muchacho de recibir su herencia y malgastarla; nuestra oraciòn diaria tendría que ser “Danos Señor el pan diario”; como creyentes reconocemos que esperamos del Padre la satisfacción de todas nuestras necesidades, tanto físicas, como espirituales; porque el Padre sabe, nuestras necesidades, aun sin que las pidamos, y el Padre nos da en abundancia.
Nos inclinamos a creer, que la Palabra pródigo, significa uno que se ha apartado de su Padre; pero el significado es diferente. Un pródigo es más que uno que se aparta, que malgasta y desperdicia sus bienes, sino que termina reconociendo y arrepintiéndose de su pecado y regresando a casa de su Padre, quien le espera con los brazos abiertos.
Leemos Lucas 15:17-24 “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.”
Así como el miserable pródigo, encontró la misericordia y el amor de su Padre, que era mucho más grande, de lo que él había soñado, así también el Padre Celestial, está esperando, transformar, las vidas malgastadas en el pecado, de todos los que dicen: “me levantare, e ire a mi Padre”.
¿Te has alejado de Dios, estás triste, estás hundido en tu pecado y piensas que no hay solución para nada? Te animo a volver al Padre, el te esta esperando, para darte, una cordial bienvenida y llenarte de grandes bendiciones.
Recuerda: !Los placeres mundanos se desvanecen; pero las bendiciones del Padre Eterno Jesucristo nos sacian por toda la eternidad!