CARTA A LOS HEBREOS-Capítulos 8-10

CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10

DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

12/14/2024

CAMINANDO EN LA VERDAD

Hoy 14 de diciembre

Carta a los Hebreos Capítulos 8-10

En estos capítulos vemos: El nuevo Pacto, el sacrificio perfecto de Cristo comparado con los sacrificios imperfectos bajo la Ley, y exhortación a la firmeza de nuestra fe.

Hoy meditamos en Hebreos 10:16- 22 “Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado. 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”

El Sacerdocio Aarónico, los sacrificios de animales y las ceremonias del templo, todos dieron cumplimiento a la predicción del Nuevo Pacto en la sangre de Cristo; no solo es Cristo el único y verdadero sacrificio, sino que es también el eterno SUMO SACERDOTE. Por tanto no hay necesidad de ningún sacrificio adicional ya que el Nuevo Pacto promete la eliminación del pecado y la transformación del corazón. La muerte de Jesucristo es suficiente para siempre.

Leemos Hebreos 9:11-15 “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”

En contraste con el santuario cerrado del templo terrenal. Jesús abrió el santuario interior del templo celestial. Cuando Jesús murió en la Cruz; Dios rompió el velo del Templo de arriba a abajo; ese acto divino, anunció que los creyentes tienen el privilegio de acercarse al TRONO DE DIOS en oración y súplica, mediante Jesucristo nuestro Eterno Sumo Sacerdote.

No solo tenemos acceso a su Presencia por la Oración, sino que “acerquémonos” significa que tenemos el privilegio de vivir en su Presencia diariamente, porque Él nos ha purificado de todo pecado y nos ha dado seguridad llenándonos de fe, a través de Su Palabra, y el Espíritu Santo nos hace aptos para llegar hasta la presencia misma del Eterno Dios Omnisciente.

Hebreos 9:22 -28 “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.”

Los sacrificios de animales en Israel nunca pudieron quitar la culpa espiritual de quien ofrendaba; pero sí con sangre de animales como ofrenda la culpa pasaba al animal y le daba acceso al Dios Santo; esta práctica el israelita hacía cada vez que se acercaba a Dios; ya que sin derramamiento de sangre no se hace remisión de pecados.

Esta es la razón por la que Jesucristo, Dios mismo se encarnó para venir como cordero perfecto, como sacrificio único; para que con el derramamiento de Su Sangre seamos purificados y liberados del pecado con el cual nacemos todos los seres humanos. y nos transforma en nuevas criaturas desde adentro hacia fuera. Así que crecemos cada día en santidad hasta que venga a buscarnos.

¿Pero qué pasa con los que recibieron a Cristo y vuelven al mundo?: Vemos Hebreos 10:23-31 “23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Porque si pecáramos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!.

Mientras esperamos Su Regreso Glorioso, Su Iglesia debe estar creciendo en amor, obedeciendo Su Palabra y ocupada en Testificar para que más personas lleguen a su gloria. “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. (Hebreos 10:39). ¡Recuérdalo Siempre!

Recuerda: ¡ES MEJOR ESTAR EN CRISTO QUE PERDIDO ETERNAMENTE!

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