
Hebreos 4:14-16 “14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 12 de diciembre
COMENZAMOS LA CARTA A LOS HEBREOS
El autor de esta carta es desconocido, sin embargo, el consenso general lo atribuye al apóstol Pablo, que utilizó una forma distinta al resto de las epístolas al no incluir su saludo acostumbrado ni su nombre; tal vez porque quería permanecer en el anonimato para con los de su nación y que solo el Mesías esperado Jesucristo, sea creído y exaltado.
Ya que el propósito de esta carta era asegurar a los creyentes hebreos del primer siglo que su fe en Jesús el Mesías se basaba en las profecías, los tipos y las figuras del Antiguo Testamento que se cumplieron en la persona de Jesús.
La verdad central es el sacerdocio de Cristo, que reemplazó a todo el sistema sacrificial del judaísmo. La inminente destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. junto con el templo y la adoración, dieron fin a los sacrificios.
El personaje central es Cristo mismo; que se presenta muy superior a los profetas, a los ángeles y a Moisés. JESUCRISTO, es el Único que puede limpiarnos, lavarnos y purificarnos de nuestros pecados con su sangre, por la Redención adquirida en la cruz del Calvario y está sentado a la diestra de DIOS, como SUMO SACERDOTE sobre todos.
Comienza Hebreos diciendo que “Dios en los postreros días nos ha hablado por Su Hijo Jesucristo.” El escritor es claro al decirnos que Dios nos habla solamente por su Hijo; los otros que dicen hablar por medio de los ángeles, diferentes profetas, y todos aquellos que nos hacen creer que Dios habla por medio de ellos, solo son usurpadores.
La fecha que se escribió Hebreos es entre los años 64 y 70 d.C. de sus trece capítulos 45% es profecía. Donde sobresale el tema profético “el justo por la fe vivirá” y también que Jesús es el mismo “ayer, y hoy, y siempre.”
El Versículo clave está en Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Hebreos, nos muestra que la fuente de poder para una vida cristiana victoriosa es la PALABRA DE DIOS. Cristo es la Palabra Viva de Dios. Como creyentes, no solo tenemos que leerla y memorizar, sino practicarla diariamente.
Comenzamos con la lectura de los Capítulos 1-4
Los puntos sobresalientes allí son: Cristo se encarnó en cuerpo humano; la superioridad de Cristo, sobre los ángeles y sobre Moisés, La Salvación de Cristo es por Gracia, peligro de incredulidad, descanso para el pueblo de Dios y Cristo nuestro Sumo Sacerdote.
Meditamos en Hebreos 4:14-16 “14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
El Sumo Sacerdote, era un mediador entre Dios y el Pueblo. Una vez al año, en el día de la expiación; ingresaba al lugar Santísimo, donde se encontraba el Arca del Pacto y habitaba la Gloria de la Presencia de Dios. El Eterno Dios en estos últimos tiempos nos a hablado por Su Hijo Jesucristo, el Dios Viviente que es nuestro Sumo Sacerdote, Él todo suficiente, quién se ofreció, así mismo en la cruz, como sacrificio por el pecado humano; y una vez que se levantó de entre los muertos, traspasó las atmósferas, y el sistema solar hasta llegar tercer cielo al estrado del Dios Eterno.
”Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:1-3).
Por tanto, nos invita a acercarnos confiadamente al Trono de la Gracia, a la Presencia misma del Dios Vivo y Eterno, con nuestras peticiones y acciones de gracias para recibir sabiduría y fuerzas para cada necesidad, para cada día de afán y aflicción que vivimos en la tierra. Tenemos los creyentes, nacidos de nuevo, el privilegio de orar en todo tiempo y en cualquier lugar.
Pero también nos recuerda que debemos vivir Su Palabra; ya que ella es el cirujano que nos libera, nos cura y restaura nuestro ser para su gloria: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón 13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:12-13).
También Hebreos 2:1- 4 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
El Eterno Dios sigue esperando por ti; “entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones….” (Hebreos 3:15a).
Recuerda: ¡MENOSPRECIAR UNA SALVACIÓN TAN GRANDE, NOS DESLIZA AL ABISMO!
