FIN CARTA 1 PEDRO-Capítulos 3-5

CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
12/18/2024

CAMINANDO EN LA VERDAD

Hoy 18 de noviembre

Terminamos con la lectura de la epístola de 1 Pedro Capítulos 3-5

En estos capítulos vemos: Deberes de esposos y esposas, sufrimiento y recompensas, deberes de los ancianos.

Meditamos hoy en 1 Pedro 3:13-18 “13 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis; 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. 18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;”

En esta carta se nos exhorta a permanecer fieles a Cristo, cuando pasemos por pruebas y aflicciones por causa del Evangelio; Pedro fue el primero en protestar, cuando Jesús dijo que era tiempo que “el hijo del hombre sufriera muchas cosas”: Pedro le respondió “Señor, de ninguna manera esto te acontezca”; pensando que el sufrimiento no debía ser la voluntad de Dios. (Mateo 16:21-22).

Por los menos 16 veces en esta breve carta se nos exhorta a permanecer fieles a Cristo cuando pasemos por pruebas y aflicciones. Pero muchos años después el mismo Pedro escribió esta epístola haciendo énfasis en la importancia de estar dispuestos a sufrir por motivo de Cristo.

En la primera ocasión Pedro le aconsejo al Señor evitar la cruz; Pero ahora Pedro recuerda cómo sufrió el Señor por amor a él y a la humanidad: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 4 A estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; 5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Pedro 4: 1-5).

Lamentablemente en nuestros días se han levantado predicadores que enseñan que no se debe sufrir; que seguir a Jesucristo traerá prosperidad a nuestras vidas y es verdad, pero lo que ellos enfatizan es que la persona será complacida con todos sus deseos materiales y carnales; ¡cosa semejante no es verdad! Dios nos bendice con toda bendición en Cristo, pero también tendremos pruebas y aflicciones por vivir en un mundo en tinieblas contrario a la Palabra de Dios.

Pedro experimentó pruebas y sufrimientos, también nosotros, todos los creyentes en Cristo, sufriremos aflicciones, pruebas de fe, así como Cristo padeció por nosotros. Cuántas veces nuestros familiares y amigos hacen burla por que somos creyentes, cuantos no quieren escucharnos, esto nos trae sufrimiento porque sabemos que si mueren sin Cristo terminaran en el infierno. Nuestros cercanos prefieren el deleite temporal del pecado, que escuchar el Evangelio; esto rompe nuestro corazón en súplica al Señor. Ahora mismo miles de misioneros y creyentes están siendo perseguidos en diferentes países.

1 Pedro 4:12-16 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.”

Los creyentes perseguidos por su fe en Jesucristo son copartícipes del mismo tipo de sufrimiento que el Salvador y Redentor soportó por obedecer al Padre Eterno, con fidelidad, lealtad y amor que se multiplica en los que sufren. Esperando su glorioso regreso y sabiendo que los sufrimientos en la tierra no son comparables con las glorias venideras.

1 Pedro 4: 7-11 «Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. 9 Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. 10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

El Señor Jesucristo es el que nos da la Fuerza, para poder vivir en este mundo caído. Cristo siempre nos dará la fortaleza necesaria, para mantenernos fuertes en tiempos de dificultad y pruebas, especialmente si vivimos controlados por su Espíritu Santo.

1 Pedro 5: 6-11 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11 A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

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