
Hebreos 13:20-21 “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 15 de diciembre
Terminamos con la lectura de la Carta a los Hebreos Capítulos 11-13
Los puntos sobresalientes en estos últimos capítulos son: Frutos de la Fe, exhortación a seguir a Jesucristo, exhortación a la Santidad, Advertencia contra la desobediencia y el Servicio que complace a Dios.
Meditamos en Hebreos 11:1-6 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Se habla mucho de fe, la mayoría, por no decir todas las personas dicen que tienen fe en algo. Analicemos lo que verdaderamente es la fe a la luz de la autoridad de la Palabra de Dios: En los primeros versos se nos declara que la fe es “certeza” y “conviccion”, la fe bíblica incluye una confianza total en Dios Eterno el autor de la fe; no como un salto a ciegas en la oscuridad. El autor de Hebreos nos presenta al Dios Todopoderoso como Aquel que controla tanto la historia como nuestro destino, como el que constituyó el tiempo y el espacio. El Omnipotente Dios creó el mundo de la nada, y todo surgió de inmediato por la Palabra . Por fe entendemos que Dios es el creador del universo, de todo lo que vemos y no vemos.
Se nos describe una lista de hombres comunes pero que tenían Fe, es decir creían ciertísimamente a la Voz y la Palabra del Eterno: “que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones”. (Hebreos 11:33).
Pero los otros que sus nombres no se mencionan en esta gran lista de Héroes de la Fe; tuvieron tanta o más Fe, que el mundo no era digno: Hebreos 11: 36-37 “Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.”
A fin de obtener mejor Resurrección; estos hombres, habían de tal manera abandonado el reconocimiento de sí mismos y el interés egoísta que ni siquiera sabemos sus nombres. Su Fe, no dependía de las circunstancias favorables, sino del Dios Invisible y la obediencia a su Palabra.
Hebreos 12: 1-4 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. 4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.”
La Fe no viene de uno, viene del Dios Eterno, no viene de nuestra carne pecaminosa, viene de Su Palabra y del Espíritu Santo que nos fue dado cuando creímos. Para vivir la carrera de fe, el creyente tiene que despojarse de todo tipo de pecado especialmente, el de incredulidad, ya que este nos estancara y desviara. Por eso es imprescindible que nuestra mirada, nuestros oídos y todos nuestros sentidos y ser esté concentrado mirando a nuestro Redentor Jesucristo el autor y consumador de la fe; quien dándonos ejemplo corrió la carrera de la obediencia y terminó victoriosamente para nosotros que creemos.
Hebreos 12:12-17 y 22-29 “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. 22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. 25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. 27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.”