
JUAN 3:4-7 “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo«

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” JUAN 3:16-21
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 01 de Noviembre
Iniciamos el Evangelio del apóstol Juan
Juan significa “Fiel a Dios” y escribió este evangelio para todo el mundo, para todas las personas, creyentes y no creyentes, entre el año 85 y 96 d.C. Este evangelio tiene 21 capítulos de los cuales 20% es profecía.
Juan era el más joven de los doce discípulos y hermano de Jacobo; debido al celo que mostraron estos dos hermanos, Jesús los llamó “hijos del trueno”.
Juan comienza este evangelio recalcando que Jesús antecede a la historia humana, que es igual con Dios el Padre, la Palabra divina preexistente y eterna. Quien se hizo carne por nosotros, para pagar nuestra deuda con Dios.
El evangelio de Juan, es un evangelio de Amor, que revela a Cristo como Dios, como la fuente de Agua Viva, que satisface por siempre el alma sedienta de toda persona, no importando su ciudadanía, raza, religión o edad. Juan presenta a Cristo, como la LUZ DEL MUNDO, que ilumina, las tinieblas, del pecado en la tierra. Como la vida resucitada, que conquista la muerte para el creyente, e imparte vida eterna; Y como el buen Pastor, que cuida su rebaño, nos dice: Juan 20:31: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”.
También Juan, nos relata en el pasaje bíblico del encuentro de Jesús con la mujer Samaritana, quien recibió la revelación de los siglos: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo” (Juan 4:24-26). El Mesías había llegado a mostrar a la humanidad el Camino a Dios.
La Adoración es para todos los Creyentes Nacidos de Nuevo. Adorar en Verdad, es la manera que Dios se revela a su Pueblo, por medio de Su Palabra en la persona del Dios Viviente Jesús; el Verbo de Dios encarnado, lleno de Gracia y Verdad. Y Adorar en Espíritu es hacerlo en el Espíritu Santo que mora en cada creyente.
Juan como historiador, teólogo y discípulo de Jesús, presenta sin paralelos la divinidad de Jesús con la intención de convencer al perdido para que crea en El Verbo Eterno.
Comenzamos la lectura de los Capítulos 1-3
En estos capítulos vemos: La Deidad de Cristo, Ministerio de Juan el Bautista, Jesús proclamado como el Cordero de Dios, Primer milagro en Canaán, Purificación del Templo, Nicodemo y el Nuevo Nacimiento, Juan el Bautista y el Testimonio de Jesús .
Hoy meditamos el Evangelio de Juan Capitulo 1:1-5 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.
El discípulo amado presenta a Jesús como el Dios pre encarnado de la creación, “el Verbo” la misma expresión del Dios Eterno, el CRISTO salvador del mundo, el creador de todas las cosas. Tiene el poder de transformar, el corazón humano, y crear en nosotros, una nueva vida. “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:9-13).
Las tinieblas representan el Reino de Satanás que habita en todo el sistema mundano, pero cualquier persona que recibe el Evangelio, es liberada inmediatamente de la esclavitud del pecado y las tinieblas desaparecen. Si queremos tener una vida en Cristo, primero tenemos que exponer nuestro corazón a la luz de Su Palabra; entender y decir que SÍ, que somos pecadores, reconocer quien en realidad somos, delante de Èl; ya que a Dios no podemos ocultar nada el lo sabe todo y quiere liberarnos de las ataduras satánicas.
Juan 3: 4-7 y 16-21 “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.”
Recuerda: ¡Creer a Jesucristo es ser librado de las tinieblas eternas!