EVANGELIO DE LUCAS-Capítulos 10-11

 “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. 1 Pedro 2:24

CAPÌTULO 10
CAPÌTULO 11

DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

10/25/2024

CAMINANDO EN LA VERDAD

Hoy 25 de octubre

Evangelio de Lucas-Capítulos 10-11

Los puntos sobresalientes ahí son: Los setenta discípulos son enviados, el Buen Samaritano, Martha y María, y los fariseos son denunciados.

Meditamos en Lucas 10:29-37 “ Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.”

En respuesta a la pregunta hecha y ¿Quién es mi prójimo?. Jesús relato esta conmovedora parábola, de un hombre que fue golpeado, abandonado y medio muerto. El Sacerdote y el Levita, que representan a la religión y a la ley, debieron ser los primeros en mostrar misericordia, pero ambos evitaron al hombre y ambos justificaron su cruel indiferencia, porque iban de camino a Servir a Dios en el Templo y no podían tomar riesgo de contaminarse. Pensando a lo mejor que aquel hombre no estaba inconsciente, sino muerto.

Para un Judio, tocar un muerto, aunque fuera Judío, lo hacía ceremonialmente inmundo; no querían contaminarse con estas personas. Ellos se creían muy religiosos, y guardadores de la Ley; eran vistos en alta estima por los demás, no podían rebajarse a ayudar a un desconocido tirado en el camino.

Una cosa es servir a Dios, pero otra muy distinta es servir al Eterno en sumisión a su Palabra; tanto el Sacerdote que representa la Religión, como el Levita que representa la Ley, conocían los dos muy bien todas estas enseñanzas, que dice en Deuteronomio 22:4 “Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo”.

Cuanto más a un hombre que es tu prójimo. Cristo es ese buen Samaritano, que vino desde el cielo, y vio a los perdidos moribundos, despojados, en el reino de satanás y tuvo MISERICORDIA de cada uno de nosotros. La Misericordia nos dice que el diccionario significa: 1. Inclinación a sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda. Cualidad de Dios, en cuanto ser perfecto, por la cual perdona los pecados de las personas.

Colosenses 1:13 “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”. Solo Jesucristo nos da “Alivio a nuestra miseria”

Ese fue el caso tuyo y mío, y de toda la Humanidad, no hay quien se Salve; no hay raza, ni religión, ni nación, todos han pecado. por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:23.

Cristo, tuvo misericordia de toda la humanidad y vino a liberarnos del pecado pagando el precio con su sangre en la cruz del Calvario y a todos los que claman a Él, derramó su aceite del Espíritu Santo en nuestros corazones y el vino de su propia sangre, purificadora y santificadora la cual nos levantó para una nueva vida, vida eterna, vida espiritual, una vida nueva llena de Gozo y de Gratitud.

Él mismo llevó nuestros dolores y pecados, en su propio cuerpo en la cruz. “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. (1 Pedro 2:24)

Jesucristo es el buen Samaritano, el sufrió el castigo por nosotros y nos ha encomendado, que amemos a nuestro prójimo que encontramos debilitado en el camino, y que lo cuidemos hasta que él venga otra vez a buscarnos.

Isaías 53:6 escrito setecientos años antes del Nacimiento de Cristo dice: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”

El, si tuvo misericordia de nosotros, de toda la raza humana, entonces, no podemos decir que amamos a Dios, solo con la boca; debemos entregarle nuestra vida y obedecerle en todo, mostrando misericordia a nuestro prójimo.

Recuerda: ¡La misma misericordia que tienes por otros; Dios la tendrá por ti!

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