Romanos 8:35-39 “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 25 de agosto
Jeremías Capítulos 37-40
Los puntos principales son: Encarcelamiento de Jeremías, Jeremías en la cisterna, caída de Jerusalén, y Jeremías es liberado.
Meditamos hoy en Jeremías 40:2-5 “Tomó, pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar; 3 y lo ha traído y hecho Jehová según lo había dicho; porque pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha venido esto. 4 Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velaré por ti; pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te parezca ir 5 Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió.”
Las Palabras que el Dios de Israel, Jehová de los Ejércitos, dio a Jeremías, se cumplieron al pie de la letra, y no solo lo vieron y lo vivieron ellos, su pueblo; sino que sus enemigos Babilonios; lo reconocieron y tuvieron Temor del Dios de Israel. Que pueblo tan desobediente, era Judá, que no obedecieron a su Dios, que los cuido, les proveyó de todo lo que necesitaban y sobre todo les dio su Palabra y les aviso de los eventos futuros que vendrían. No prestaron oídos a la Voz de Dios, como no escucharon y se envanecieron en sus propias decisiones, vivieron las calamidades que les sobrevino.
“Así ha dicho Jehová: No os engañéis a vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán de nosotros; porque no se apartarán. 10 Porque aun cuando hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros, y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego” (Jeremías 37: 9-10)
Cuando Jeremías estaba atado en cadenas, en el patio de la cárcel y los habitantes de Judá eran deportados a Babilonia; llegó el capitán del ejército, que sabía que él era la Voz de Dios y tuvo temor y lo soltó, por orden de Nabucodonosor rey de Babilonia. “ Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca de Jeremías, diciendo: 12 Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno, sino que harás con él como él te dijere.” (Jeremías 39:11-12)
Dios siempre honra a sus siervos que son fieles a su mandato. El profeta Jeremías es un ejemplo vivo para nosotros, de la fidelidad de nuestro Redentor Jesucristo. Pero también cualquiera que ayuda a un siervo de Dios, tendrá la protección y bendición del Eterno como fue el caso del etíope, eunuco Ebed-melec, que sacó de la cisterna llena de cieno a Jeremías y Jehová le mandó un mensaje especifico para el. Jeremías 39: 16-18 “Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. 17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. 18 Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.”
A pesar de las dificultades, crisis y problemas que como hijos de Dios estemos pasando como: enfermedad, muerte, de familiares, amigos, y hermanos entrañables, dificultad económica, y de cualquier índole, si vivimos obedientes a sus mandamientos, y creemos a Su Palabra, nuestro Señor Jesucristo se Glorificará en nosotros.
Nos dice el apóstol Pablo escribiendo a los Romanos 8:35-39 “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Jeremías era el Profeta del Dios Altísimo, y hablo varias veces al rey Sedequías quien por temor a los judíos no escucho la voz de su Creador que le prevenía claramente de la catástrofe que venía a su país y por rechazar los consejos divinos su caída fue inevitable. Fue una lástima que el último rey del pueblo de Judá, fuese capturado en Jericó (39:5) el mismo sitio donde Josué ganó la primera victoria al entrar en la Tierra Prometida. El rey temeroso a los hombres, y al qué dirán, no tuvo Temor a Dios y terminó ciego y encarcelado; como se encuentra nuestra humanidad que rechaza voluntariamente la Palabra salvífica de Dios.
Recuerda: ¡ La persona que rechaza al Señor Jesucristo y Su Palabra, está encaminándose a su propia destrucción!