Salmos 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 3 de julio
Salmos Capítulos 46-51
En estos capítulos vemos: Confianza y alabanza del Salmista, decepción de la riqueza terrenal, y una oración por misericordia y perdón.
Meditamos hoy en Salmos 51:1-4;6 y 10 “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”.
David era el Rey de Israel y tenía toda clase de Bendiciones terrenales, David era capaz de llevar a cabo los triunfos espirituales más grandes, tal como lo demostró en los Salmos que escribió. Pero en medio de todas sus victorias, él tomó con egoísmo a Betzabe, la hermosa mujer de Urias; cometió adulterio y mandó a matar a su esposo.
Cualquier Rey de otra nación, pudo haber hecho esto, sin sentirse responsable; aunque David, fue el pastor y luego Rey ungido de Jehová, él era inexcusable y no había medios posibles, de evadir el juicio de Dios que todo lo ve y todo lo sabe. Es que el Dios Viviente no hace acepción de personas, ni siquiera al famoso Rey David quien era conforme al corazón de Dios.
¡Oh el poder destructivo de un solo pecado! David fue declarado culpable, quién reconoció su pecado y oro arrepentido por misericordia. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí” Salmo 51:10
El Sistema mundano y religioso nos ha acostumbrado e impulsado a vivir en el pecado; no es nada mentir, envidiar, robar, enojarse, engañar, estafar a otros, para conseguir nuestras metas. ¿Si seguimos con esta lista de comportamientos pecaminosos, no nos alcanzaría el tiempo, verdad? No les importa, pelearse con los hermanos, porque al final, yo tengo mis derechos, dicen muchos y se esconden detrás de este slogan; ignorando voluntariamente las consecuencias y el temor a Dios que todo lo sabe ya que el pecado es contra Dios.
El eterno Dios Jesucristo habla a toda persona, que no quiere reconocer y arrepentirse de su pecado. “Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? 17 Pues tú aborreces la corrección,Y echas a tu espalda mis palabras. Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os libre.23 El que sacrifica alabanza me honrará;Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios” (Salmos 50:16-17, 22-23).
Así que ningún hijo de Dios, debe ver el pecado, sólo como un error o como una falta de desobediencia a Dios. El pecado es más que haber fallado al llamado de Dios; es cooperar con satanás, el enemigo supremo de Dios y de la justicia; el destructor de todo lo que es bueno.
El Señor Jesucristo le dijo a los Religiosos de su tiempo: “ Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
Debemos tener mucho cuidado especialmente ahora que el materialismo controla las urbes; la Palabra nos dice: No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa; 17 Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria” (Salmos 49: 16-17).
Si vivimos en Cristo y en obediencia a Su Palabra, nunca nos dejará: “Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte” (Salmos 48:14).
Antes de creer que estás haciendo lo que quieres, pregúntate; ¿Estoy obedeciendo al Señor?. Salmos 51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Recuerda: ¡Obedecer la voz de Jesucristo, nos libra del engaño del pecado!