1 Juan 3:14-15 “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”.
LECTURA Y VOZ DE SAMUEL MONTOYA
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Día 20 de marzo
Libro histórico de Josué Capítulos 20-21
En estos Capítulos vemos: Se nombran seis ciudades de refugio y cuarenta ocho son dadas a los levitas, y los Israelitas poseen la tierra.
Meditamos hoy en Josué 20:1-3 “Habló Jehová a Josué, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Señalaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os hablé por medio de Moisés, para que se acoja allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os servirán de refugio contra el vengador de la sangre”.
Se establecieron ciudades de refugio para proteger a quienes habían matado por accidente; pero las órdenes que Dios dió por medio de la Ley, todavía estaban en vigencia: Génesis 9:6 “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”.
En estos tiempos del Siglo XXI, estamos viviendo y viendo en las noticias, tanta violencia, que ya la vida humana no vale nada, se esta cometiendo asesinato desde el vientre de la madre. Leemos en Génesis 1:26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.
Ahora podemos ver cómo el hombre se ha enseñoreado de la creación como Dios lo dispuso, y aún ha sobrepasado el límite manipulando la creación con su mal llamada ciencia, hasta el punto de creerse Dios.
Por otro lado el hombre ha inventado la Teoría de la Evolución donde se cree que el hombre desciende del mono y desde ahí vemos la degradación del Ser Humano, y como están perdiendo su identidad. Dios nos dice en su Palabra que Él nos creó varón y hembra. Sin embargo, si ignoramos a nuestro creador y no sabemos nuestro origen, lógicamente nos vamos a dejar llevar por cualquier viento de doctrina, porque si no sabemos quienes somos y a dónde vamos. Seremos víctimas fáciles del engaño luciferino, aunque la filosofía mundana insiste en que todo evoluciona, Gracias a nuestro Dios que existe la Palabra de Él que no cambia, es inamovible y podemos estar seguros en ella.
La Biblia la Palabra del Dios Eterno, es el único libro que no cambia y tiene autoridad, y el poder de decir las cosas claras: Entonces concluimos que el asesinato es un crimen, contra Dios porque el hombre fue creado a su imagen y semejanza.
Debido a esto, está escrito; la tierra no será expiada de la Sangre que fue derramada en ella. Vemos en Números 35:33 “Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó”.
Por consiguiente era muy importante para el bienestar de la nación Israelita, que cualquiera que matare intencionalmente a alguien, debería morir; como dice Éxodo 21:12 “El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá”.
Una nación que ignora, persistentemente este hecho y se rebela contra Dios, enfrentará indiscutiblemente el Juicio justo del Dios Eterno.
Como sus hijos nacidos de nuevo, nosotros sabemos quienes somos y el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por su Espíritu Santo. (Romanos 5:5b)
1 Juan 3:14-15 “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”.
Cuidemos nuestras miradas y nuestro corazón agradándole a nuestro Dios en todo. Solamente Jesucristo, el Dios viviente, nos da un seguro eterno de vida abundante, es gratuito para todo aquel que humillado lo recibe.
Recuerda: ¡Solamente Jesucristo nos da amor en abundancia aún para nuestros enemigos!
