
“Pues tengo por cierto que las AFLICCIONES del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Romanos 8:18.
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 12 de marzo
Concluimos la lectura del libro de Deuteronomio
Capítulos 32 al 34
En estos Capítulos los puntos sobresalientes son: El cántico de Moisés; se le permite ver a Moisés la tierra prometida de lejos; Moisés bendice a las doce tribus;
muerte de Moisés y Josué sucesor de Moisés.
Meditamos hoy en Deuteronomio 32:1-6 “Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba; Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, Generación torcida y perversa. ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció”.
Moisés término su misión en la tierra; y bendijo a las 12 tribus de Israel, también recito el cantico de Moisés y habló solemnemente a todo el pueblo para que cumplan todo lo establecido por Dios, que guarden en su corazón todas las palabras y que sean un ejemplo para las otras naciones, que no se contaminen con las prácticas de ellos y sobre todo que no se olviden de obedecer a la voz de su Dios Jehová de los Ejércitos; para ser abundantemente bendecidos.
Como rocío en la noche, la Palabra de Dios refresca y proporciona crecimiento en aquellos que tienen sed de Justicia: “Bienaventurados los que tienen sed de Justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6).
¿Quién oye caer el rocío y ve cuando el agua se forma? El rocío viene sin ser visto, a refrescar el pasto en tiempo seco, durante la noche y en la mañana la tierra está seca y preparada para el día. El calor del sol y el rocío de la noche, parecieran que están muy apartados y aún opuestos el uno del otro; y sin la ayuda de manos humanas, Dios los ha colocado para que trabajen juntos, para producir una cosecha, para ver las flores hermosas que salen en tu jardín.
Para que tus ojos se deleiten al ver la naturaleza.
Ahora este rocío no hace nada por las piedras, pero refresca las plantas que han sido marchitadas por el sol de la tarde. Dios cuida de su naturaleza, si lo hace por
su creación, ¿cómo no lo va a hacer con sus hijos? La Palabra en Mateo 5:45 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”.
Aunque no notemos ningún cambio grande, Dios está trabajando en el corazón y mente de cada lector sincero de su Palabra. Generalmente no percibimos este crecimiento dócil y refrescante, aún en nuestra propia vida, pero, sin embargo, DIOS, está trabajando en nuestros corazones.
La meditación diaria en su Palabra; refrescará y sustentará tan desapercibida, y tan suave como el rocío en la mañana, después de la noche, más oscura.
DIOS, está trabajando en el corazón sincero, en el corazón que busca al Señor, que clama a DIOS cada día. Proverbios 10:22 “La bendición de Jehová es
la que enriquece, Y no añade tristeza con ella”.
Mientras más tiempo pasemos en la Palabra de Dios, más Bendecidos seremos. Leamos pues Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. ¿Conoces otro Poder invisible que sana y restaura el corazón humano?; sólo la Palabra del Dios viviente, sacia y restaura, nuestra alma sedienta.
Pero no podemos terminar el libro de Deuteronomio sin mencionar la grandiosa vida de Moisés: Deuteronomio 34:7,11-12 “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.”
La vida de Moisés empezó con un milagro de vida y terminó con un milagro de muerte. Vivió en la presencia del Dios Vivo, viéndolo cara a cara; escribió el Pentateuco los 5 primeros libros de la Biblia, La Torah para los Judíos. ¡Como nos hemos deleitado en la enseñanza de estos libros! Pero volvemos a ver a Moisés en el Nuevo testamento Mateo 17:2-3 “y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.” Moisés gozando de la presencia del Señor y pisando el monte en la tierra prometida. Este es el futuro glorioso para todo creyente fiel, que vive mirando al Invisible y esperando a su Salvador que regresara en las nubes a llevarnos en el arrebatamiento.
“Pues tengo por cierto que las AFLICCIONES del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” (Romanos 8:18). Así que conociendo tu futuro; vive deleitándome en Su Palabra y agradando al Señor Jesucristo en todo.
¡Alabemos en la congregación al Señor por sus infinitas bendiciones!
Recuerda: ¡Si vives en Cristo, tienes un futuro de gloria!