
“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.” (3 Juan 1:11).
LECTURA Y VOZ DE SAMUEL MONTOYA
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Día 9 de marzo
Deuteronomio Capítulos 24 al 27
En estos capítulos vemos: Las leyes en las relaciones con otros, Ofrenda y Diezmos, Bendiciones en el Monte Gerizim, y
maldiciones en el Monte de Eval.
Meditamos hoy en Deuteronomio 25:13-16 “No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera qué hace esto, y cualquiera que hace injusticia”.
En el capítulo 24 leímos las leyes de relaciones humanas. Y gracias a nuestro Señor Jesucristo ya no estamos bajo la ley ya que él la cumplió al pie de la letra, y aún más pagó con su vida el castigo que nosotros merecíamos. Como creyentes, hemos recibido el Perdón del Padre, vivimos ahora bajo Su gracia, y por agradecimiento obedecemos en todo al Señor, con el poder del Espíritu Santo que nos ha sido dado para vivir una vida de santidad. Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Así, los Israelitas fueron enseñados que, en todas las transacciones de negocios, debían reflejar la integridad y justicia de Jehová su Dios “Jehová de los Ejércitos”. Muchas leyes se dieron para mostrar lo serio que era hacer tratos injustos, entre comprador y vendedor. Dios es un Justo Juez y espera Justicia en sus hijos.
Es de suma importancia entonces como creyentes nacidos de nuevo que, en nuestras relaciones con otros, no nos aprovechemos de ellos, y no falseemos los hechos y tratos de negocios a nuestro favor, ya que este comportamiento estancara nuestra vida productiva de bendición espiritual.
Esta actitud es un engaño luciferino, que piensa que engañando a la persona será más próspero, Satanás es el engañador por naturaleza, así que cuidado es mejor perder haciendo lo correcto, que engañar y ser engañados.
Si vamos a manifestar un verdadero espíritu Cristiano, debemos conducir las transacciones de negocios, que estén de acuerdo al Carácter de nuestro Padre Celestial.
Uno de los tratos de negocios más crueles, es que una persona, se niegue a pagar a otra; después que su amigo le prestó de buena fe. Debemos seguir el ejemplo de Zaqueo en Lucas 19:8 “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”. Un gran ejemplo del corazón transformado de Zaqueo.
No engañemos a nuestro prójimo, a nuestros amigos; no tomemos ventaja de su ignorancia en los negocios, cuántas relaciones se han roto, porque no hemos pagado nuestras cuentas, preferimos alejarnos u ocultarnos, pero Dios todo lo ve y lo sabe – ¿de quién nos vamos a ocultar? Su Palabra dice que es abominación cuando se hace “injusticia”.
Lamentablemente estamos viviendo en la era del engaño mundial en todas sus facetas, los israelitas cayeron por la idolatría y la codicia del comercio.
Se hace comercio de todo hasta de la Palabra de Dios, “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.” (2 Pedro 2: 1-3)
Nos damos cuenta de que la esencia del carácter humano es de continuo el mal, las empresas transnacionales se creen que son muy audaces al engañar y tener ganancias deshonestas, llegando a lo inaudito de no pagar a sus trabajadores. “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.” (3 Juan 1:11).
Pongámonos a cuentas leemos en Romanos 13:7 “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que, impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra”.
Como verdaderos creyentes, reflejemos la integridad y la justicia en nuestras vidas. Jesús nos dice en Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”.
La honestidad es el mejor plan de acción en tus negocios. Ya que Dios no puede bendecir el pecado, Porque la codicia no tiene límites y mata a sus poseedores Seamos honestos siempre, en todo, Agradeciendo a nuestro Dios y Salvador Jesucristo por todo lo que nos da.
Recuerda: ¡Obedecer Su Palabra es el mejor Plan de acción con dividendos eternos!