«LIBRO DE DEUTERONOMIO»-Capítulos 1 -2

LECTURA Y VOZ DE SAMUEL MONTOYA

CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2

DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA

03/01/2025

CAMINANDO EN LA VERDAD

Libro de Deuteronomio Capítulos 1 y 2

1 de Marzo

El libro de Deuteronomio es el último libro escrito por Moisés y completa los cinco libros del Pentateuco. Deuteronomio significa “Segunda Ley” que fue dada a Moisés el mediador y representante de Dios a la nueva generación de israelitas. Así que es una prolongación de la verdad, una revisión del pasado mirando al futuro.

Este libro se escribió entre el año 1405 y 1400 a.C. Empieza con la revisión de la historia de Israel desde el primer año que salieron de Egipto, hasta el final del peregrinaje de los cuarenta años en el desierto.

La OBEDIENCIA, es el mensaje central de la “Segunda Ley”, y trata sobre la obligación de Israel de obedecer la Palabra de Dios para recibir abundantes bendiciones. El obedecer en cualquiera de sus formas es mencionado en Deuteronomio, más veces que en cualquier libro de la Biblia y nos dice cómo nos engañamos a nosotros mismos cuando vivimos en desobediencia a Jehová de los Ejércitos. Jesus también citó al libro de Deuteronomio, más que cualquier otro libro del Antiguo Testamento; este libro es mencionado casi 200 veces en todo el Nuevo Testamento.

Hoy 1 de marzo Leemos los capítulos 1-2

Los puntos sobresalientes en estos Capítulos son: Las órdenes de dejar Horeb; Los espías y el castigo de Dios, el fracaso de entrar a la tierra prometida debido a su incredulidad; peregrinaje en el desierto e Israel vence a Seon.

Meditamos hoy en Deuteronomio Capítulos 1:5-6 y 8 “De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos”.

La tierra que Jehová juró a los padres de la nueva generación de israelitas todavía está vigente y tienen derecho a poseerla. El hecho de que Israel nunca haya tenido esta zona bajo su control total no anula la promesa de que ocurrirá en el futuro durante el reinado milenial de Cristo. (Ezequiel 47:15-20).

A los 120 años Moisés seguía teniendo vigor, e instruye a la nueva generación a prepararse para entrar en la Tierra Prometida. Les recuerda la promesa de la gracia divina; su amor y fidelidad, rememora los errores de los Israelitas que habían dejado Egipto, no habían reconocido que las dificultades en el desierto no fueron accidentales, era el Plan de Dios; para desarrollar una Nación Santa que honre Su Nombre.

Como creyentes debemos entender que nuestras vidas están en sus manos y que todo lo que nos pasa, no es casualidad, sino que es la manera que él se manifiesta y tiene cuidado de nosotros; claro está si es que estamos viviendo en Su Palabra.

Entonces, debemos preguntarle; ¿Para qué Señor?, ¿“Señor, ¿qué quieres que aprenda?”, Generalmente es para ver Su GLORIA. Él quiere transformarnos, y lo hace de acuerdo a lo que nos pasa diariamente en nuestra vida.

La jornada en el desierto debería haber hecho que los Israelitas ejercitasen su fe, su poder, no solo para satisfacer sus necesidades, sino de guiarlos a la TIERRA PROMETIDA.

Sin embargo ¿qué hicieron?, lo mismo que hacemos nosotros muchas veces, nos quejamos. ¡Sí!, ellos se quejaron de todo y de nada, así como lo hacemos; si está lloviendo, si hace sol, de todo lo que nos pasa, nos quejamos. Tenemos que cambiar esos hábitos y seguir creciendo espiritualmente; porque como los Israelitas, por su pecado de incredulidad, no pudieron poseer la tierra prometida.

Como creyentes también cuando somos incrédulos nos perdemos de grandes bendiciones y de disfrutar su paz y confianza.

Después que la primera Generación murió excepto Josué y Caleb: Moisés empezó a declarar el mensaje original que DIOS le había dado a los Israelitas, cuarenta años atrás en el Monte Sinaí. Declarar esta ley denotaba más que solo repetir la ley, significaba compenetrarse en ella; ir profundamente a la PALABRA DE DIOS, y buscar un significado, una nueva oportunidad para obedecerla. La Palabra no cambia, era la misma que cuarenta años antes fue dada.

Y nosotros podemos decir que es la misma de hace casi 6,000 años. La cual debemos obedecer, para ser transformados. “Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.” (Salmos 78:1-4)

Así fue dada esta revelación del Amor de Dios por su pueblo y repetida cuatro veces en Deuteronomio. Esta nueva garantía del AMOR DE DIOS, fue para fortalecer esta nueva generación en ÉL, para guiarlos a la tierra Prometida.

De igual manera, para el creyente, el deseo de escudriñar y estudiar profundamente la Palabra de Dios revelará un Amor Interminable de Dios y fortalecerá la Fe de cada uno para confiar más y más en ÉL, en cualquier cosa, en cualquier situación.

El Señor y su Palabra son más preciosos cada día cuando leemos la Biblia con el deseo de obedecer su verdad. “Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.” (Proverbios 2:1-4)

Recuerda: ¡Escudriñar y Obedecer Su Palabra nos trae multitud de bendiciones!

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