
2 Corintios 6: 1-2 “Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. 2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.”
DEVOCIONAL POR JANETHE DISLA
CAMINANDO EN LA VERDAD
Hoy 29 de noviembre
2 Corintios Capítulos 5-8
Los puntos principales en estos Capítulos son: Vivir por Fe, Ministerio de Reconciliación, Los Creyentes deben Unirse con creyentes, Resumen del Ministerio de Pablo, y la Gracia de Dar.
Meditamos hoy en 5:14-19 “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”
Cuando una persona recibe la vida del Señor Jesucristo, inmediatamente hay un cambio de actitud: de hostil a la Palabra de Dios, a una de amor y de obediencia. La enemistad con Dios desapareció, y estamos en PAZ con ÈL. Tenemos una nueva e íntima relación con nuestro Creador. Es por eso que el cristianismo, el Nuevo Nacimiento en Cristo; No Es Una Religión más; ES UNA RELACIÓN ÍNTIMA CON NUESTRO PADRE ETERNO QUE NOS CREÓ.
La Reconciliación se inició en Dios, quien amó tanto al mundo, a la humanidad que dio a su hijo unigénito, para expiar, es decir pagar con su sangre por nuestros pecados, ya que había una deuda que pagar por estar secuestrados bajo la mano satánica del pecado; Jesucristo pagó el precio del rescate con su sangre y “al creer esta magnífica obra”: nos limpia, nos lava, nos purifica y nos une con el Cristo de gloria.
El ministerio de la reconciliación, es algo sagrado, que nos constriñe: constreñir significa que todo nuestro ser está sujeto a Su amor y a la voluntad de nuestro Salvador Jesucristo. Y por que Èl, nos constriñe, con Su amor tan sublime que nos ha capacitado con el ministerio de la reconciliación para también atraer a otros a la Nueva Vida de Su Amor Puro y Eterno; es por eso que muchos creyentes están dispuestos a dejar sus comodidades, amigos y familiares para llevar a lugares lejanos el mensaje de la reconciliación en Cristo con el Padre Eterno.
2 Corintios 6:3-10 “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; 4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6 en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, más poseyéndolo todo.”
Pablo les recordaba a los Corintios que como Apóstol llamado y escogido por Dios; padeció angustias como cualquier persona, con la diferencia que sabía ciertísimamente que hacía la voluntad de Su Redentor Jesucristo quien estaba con él.
El ser humano, nunca ha buscado a Dios; es Dios que busca al hombre. Nos imaginamos, qué hubiera pasado, si el Eterno no hubiera tomado esta iniciativa, estaríamos todos sin Dios, sin Fe, sin Esperanza en este mundo. Perdidos y rumbo al infierno como la mayoría de las nuevas generaciones, entretenidas en el engaño del pecado religioso de la magia satánica sin pensar en el futuro de sus almas.
¡Pero gracias a Su Amor Incondicional, hemos sido reconciliados, con el Padre a través de Jesucristo! El Amor del Padre, debe dominarnos al punto de que nuestra misión, sea vivir solo para su Gloria, no buscando las cosas de este mundo para complacernos; sino vivir cada día para la eternidad. Toda decisión en la vida, debe quedar determinada, por este amor, que nos constriñe.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” ( 2 Corintios 5: 20-21)
Que tremenda súplica, del Dios Santo, Santo, Santo, para el pecador; cómo responderás tú, que todavía no has recibido el perdón de tus pecados y la Vida Eterna, a este amor eterno, incondicional?
2 Corintios 6: 1-2 “Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. 2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.”
¡Te rogamos en nombre de Cristo, que te reconcilies con Dios! ¡Hoy es el día de salvación!
Ora conmigo: Gracias Padre por enviar a pagar por mi pecado a tu Hijo Jesucristo; reconozco que murió en la cruz para limpiarme de todo pecado con su sangre y resucitó para justificarme delante de ti Dios Santo y Eterno; bajo esta confesión; hoy me arrepiento de mis pecados y recibo la vida de Cristo mi Salvador. Gracias por perdonarme y darme Vida Eterna. En el nombre de Jesucristo. Amen. Haznos saber si has recibido la vida de Dios. ¡Hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente!
Recuerda: ¡SOLO JESUCRISTO TIENE EL PODER DE RECONCILIARNOS CON EL PADRE, CUANDO NOS ARREPENTIMOS DE NUESTROS PECADOS!
Ora conmigo: Gracias Padre por enviar a pagar por mi pecado a tu Hijo Jesucristo; reconozco que murió en la cruz para limpiarme de todo pecado con su sangre y resucitó para justificarme delante de ti Dios Santo y Eterno; bajo esta confesión; hoy me arrepiento de mis pecados y recibo la vida de Cristo mi Salvador. Gracias por perdonarme y darme Vida Eterna. En el nombre de Jesucristo. Amen. Haznos saber si has recibido la vida de Dios. ¡Hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente!